La necesidad que las empresas tienen de diversificar mercados y canales de distribución en los que vender sus productos ha ocasionado una enorme complejidad, no sólo en el área del Marketing de las mismas, sinó también en el resto de la organización. Cada vez se hace más difícil dirigir con éxito muchos productos en mercados cada día más competitivos.

La Dirección de Marketing no puede, por sí sola, supervisar y controlar amplias gamas de productos, pues no cuenta con el tiempo ni la capacidad suficiente para analizar y decidir sobre la gran cantidad de información que recibe de sus mercados. Esta situación ha dado nacimiento a un nuevo tipo de gestión empresarial: la dirección por productos. Y a una nueva figura: el Director de Producto.