Al planteranos la compra de una vivienda debemos hacerlo no sólo desde un punto de vista personal o familiar; también desde un punto de vista inversor.

Debemos aplicar una mentalidad fría y práctica, realizando un detenido cálculo de los costes que la inversión supondrá para nuestra economía, su mantenimiento periódico y demás aspectos fiscales. De esta forma, llegaremos a una conclusión netamente práctica, obteniendo un ratio de rentabilidad y concluyendo si dicha inversión es, o no, rentable para nosotros.